GUAPO EL QUE ME MIRE

Gracias al curso "Diseño web y herramientas" de Magister he podido crear este blog

martes, 21 de diciembre de 2010

DIFERENCIAS ENTRE EL "SER" Y EL "TRABAJAR"


La pregunta es sencilla: “¿Qué quieres SER de mayor?”

Esta pregunta, tan inocente, encierra una asociación errónea que puede llevar a muchas personas  a una percepción desagradable de si mismas en la vida adulta.

Sería más apropiado preguntar: “¿En qué te gustaría trabajar cuando seas mayor? No SOMOS en función de aquello en lo que trabajamos. Somos muchísimo más. Si confundimos una parte de nosotros, nuestro trabajo, con el todo de nuestra persona, corremos un gran riesgo ya que una percepción de fracaso en el trabajo se asociará a un fracaso como persona.

Los niños dicen que van “al cole a aprender”, pero no saben muy bien ni qué ni para qué. Ya desde pequeños, desde 1º de primaria, habría que aclararles que hay cosas elementales que todo el mundo debe saber para moverse libre e independientemente por el mundo y otras (o las mismas) que se deben aprender como base para que, en el futuro, puedan desarrollar habilidades específicas para trabajar en aquello que les interese.

Si preguntáramos a los niños de un colegio cualquiera, que qué quieren ser de mayores, encontraríamos muchos médicos, veterinarios, policías, maestros, abogados y arquitectos, además de futbolistas, cantantes, bailarines y actores o actrices. Solo un pequeño porcentaje quedaría fuera de estas 10 profesiones.  Si añadiéramos la profesión concreta que ejercieran los propios padres o madres, seguro que casi llegamos al 100%.

¿Qué significa esto? Que los niños  perciben que aquellas profesiones en las que se gana mucho dinero o que son muy populares son las que se asocian a una mayor calidad como persona y por eso todos aspiran a ellas, independientemente de cuales sean sus aptitudes, sus gustos o sus posibilidades. No se ven en la labor del día a día de esa profesión, entre otras cosas porque la desconocen. Se ven desarrollados como “personas triunfantes en la vida”.

Las circunstancias particulares y la manera de gestionarlas llevan al niño soñador, en muchas ocasiones,  a convertirse en un adulto con una realidad laboral muy diferente de la que tenía pensada. Que sea diferente no tiene que significar que sea mejor ni peor y, en todo caso, solo debería significar una faceta, la laboral, dentro del todo que supone su persona. Pero este razonamiento no es el habitual, ni en el pensamiento individual ni en el colectivo social.

Para empezar con un pequeño pero importante paso,  dejemos de usar la frase "condenatoria".  Intentemos no volver a preguntar a un niño ¿qué quieres ser de mayor?.  Sustituyámoslo por ¿En qué te gustaría trabajar de mayor?